7M: El presagio de un Estallido Electoral inédito en Chile.


Hoy domingo 7 de Mayo del 2023 el pueblo soberano de Chile se pronunciará nuevamente en un nuevo acto electoral constituyente. A decir verdad, más bien a la cuarta concurrencia electoral de un mismo proceso constitucional cada vez más incierto y esta vez con nula participación ciudadana en su origen debido a que fue el actual gobierno de turno en conjunto con los partidos políticos y con el Congreso quienes decidieron continuar con un segundo intento para tener eventualmente una nueva Constitución para Chile.

Es indudable que este es un proceso electoral que goza de una alta apatía ciudadana no tan solo por la intencionada o no información respecto del proceso y de las candidaturas en general, sino porque en el Chile de hoy las prioridades son otras y que incluso tienen sobrepasado al propio Estado como lo es la inseguridad ciudadana, el alto costo de la vida, la recesión económica, estancamiento del empleo y aumento del desempleo, significativas brechas laborales entre hombres y mujeres, la triste realidad de la regiones y de la supuesta descentralización que ha sido cooptada por una élite que es la que goza de esos beneficios y no la ciudadanía en general y porque entre otras muchas razones, según la última encuesta CEP y todos los demás sondeos, una nueva Constitución está entre las últimas prioridades ciudadanas. Es probable también que el momento elegido para este segundo proceso tampoco fue el más adecuado, hoy en día la gente está más preocupada del “bolsillo”, de la canasta familiar y de la “seguridad personal , familiar y vecinal” que de temas que le son cada vez más lejanos e inconsultos como una nueva Constitución. Si bien, se reconoce su actualización, ambos procesos no han estado a la altura de lo que realmente debería ser un proceso constituyente ejemplar.

Este domingo se eligen  50 convencionales constitucionales que complementarán el trabajo previo de los deslindes constitucionales ya realizados por el Congreso (bases constitucionales donde ni siquiera existe, por ejemplo, la palabra Región o Regiones) y la Comisión de Expertos. Los Convencionales complementarán ese trabajo previo ya “amarrado” y estarán condicionados por otra “Comisión” de salida o revisora que se encargará de que nada se salga de los espacios y caminos ya trazados inicialmente.

Finalmente y a la luz del pulso electoral y de la extrañeza de este proceso muy divorciado de la ciudadanía pero muy cooptado por las élites políticas para su haber, es muy probable encontrarnos con resultados nunca antes vistos en una elección lo que dará cuenta de la existencia de un verdadero estallido electoral muy sui-géneris en el sentido de que es muy probable que exista una alta participación producto de la obligatoriedad, tal vez, un poco más baja que la del último ejercicio pero es muy probable que esta sea la elección que en la historia política de Chile se obtengan más votos nulos y blancos –en términos comparados- y que aquellos partidos que se han manifestado abiertamente en contra de este proceso constitucional capitalicen una altísima votación y elección de convencionales lo que ciertamente afectará de sobremanera a los demás partidos y coaliciones que tradicionalmente se han disputado el poder en Chile, esto significará un antes y un después en la arena política nacional y un nuevo clivaje electoral que sin duda marcará la tendencia electoral venidera de elección de autoridades regionales y comunales del próximo año (como de las presidenciales posteriores). Todo está por verse a la luz de los resultados del 7M que encarnarán la evaluación ciudadana del Chile de hoy, como así también un anticipo del resultado final de este proceso que termina en diciembre con un quinto acto de concurrencia electoral.

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